Cuando uno se mueve en el mundo de los negocios empresariales resulta común sentir que el tiempo no rinde y los días pasan muy rápido. Entre juntas, citas importantes, la oficina y por supuesto tu familia, te encuentras ocupado la mayor parte de tu jornada.

Y es que podemos ver este fenómeno desde el siguiente punto de vista: cuando organizamos nuestra agenda, más que creer que estamos asignando una cantidad de tiempo a una actividad, significa que elegimos dejar de hacer otras; tanto en lo personal como en lo profesional.

Por eso, para ayudarte a optimizar tu tiempo y lograr ser más eficiente, te compartimos los siguientes tips que te brindarán un cambio positivo:

No existe un método universal

Cada persona tiene responsabilidades distintas, desde el aspecto personal como en el laboral, y en cada una tendrá prioridades y urgencias; por eso mismo no puede haber un sistema que se adapte a todos. La clave será que logres definir un sistema que te sirva a TI, teniendo muy claros cuáles son tus prioridades día a día, semana tras semana y así sucesivamente.

La planeación debe ser el inicio

Cuando tus actividades se vuelven numerosas y diversas, es fácil caer en el desorden y no podrás darle el tiempo que merece cada una. Haz una lista de todas las cosas que necesitas hacer (incluye aquellas con tu familia y para ti mismo) y acodalas de acuerdo a prioridad y tiempo que necesitas invertir. Una vez hecho esto, acomódalas en tu agenda y ve observando cómo funciona. Si crees que aún falta, ajusta poco a poco hasta que encuentres la forma ideal.

Registra el tiempo que inviertes en cada actividad

Una manera de saber si tu tiempo está siendo efectivo o no es iniciar con un registro. Puedes iniciar midiendo con la actividades en una semana o quince días, y analizar si realmente es importante lo que estás haciendo o incluso si le estás dando el tiempo suficiente a cada una. Verás cómo poco a poco irás optimizando el tiempo que asignas a cada tarea y que tu tiempo empieza a rendir mejor.

Invierte tiempo en hablar frente a frente

En la era donde es imposible prescindir de la tecnología y por ello mismo nuestra comunicación se ha vuelto más digital (menos personal) y donde se requiere de interpretar un mensaje para continuar con el diálogo, el que puedas darte tiempo para hablar en persona con los demás se vuelve fundamental permitiendo que no se generen malinterpretaciones.

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